La Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos confirma en su Política de gestión de personas, el valor de estas como el elemento diferenciador para el buen accionar institucional. Dicha política se alinea con los valores definidos por la organización, y específicamente los que se corresponden con el respeto al valor de las personas, desde la observancia de los derechos humanos y la ética en todos los ámbitos del quehacer institucional.
Su objetivo es “establecer una gestión de personas con un enfoque balanceado, entre la parte humana, que fomente las mejores condiciones laborales y respete integralmente los derechos de las personas funcionarias y, el ámbito organizacional que incentive un enfoque basado en resultados para generar valor público institucional.”
Además, establece una serie de objetivos específicos tendientes a fortalecer el liderazgo, desarrollar y modernizar los mecanismos de infraestructura tecnológica y administrativa requeridos para la eficiencia y eficacia de la gestión de personas funcionarias.